Juanita se sentía molesta.

Algo en su pie le dolía y no lograba identificar qué era. Se sacó el zapato y no había nada, así que continuó jugando.

Pero se sintió algo confundida, aunque no pudo reconocer ese sentimiento, y al no comprender qué le pasaba, se fue con su papá, que se encontraba cocinando.

—Papá, papá. Quiero que juegues conmigo ahora.

—Ahora no puedo porque estoy cocinando, pero cuando termine jugamos.

—Yo no quiero jugar sola.

-Te propongo una cosa. Si quieres puedes ayudarme a cocinar y luego vamos a jugar.

Eso no era lo que ella quería, pero sería mejor que jugar sola con ese dolor que no tenía explicación.

Así que tomó un banquito, lo puso al lado de su padre y le pidió un trozo de masa para ayudarlo.

—Hija, antes de comenzar a cocinar debemos lavarnos las manos para no contaminar los alimentos con la suciedad que traemos en ellas.

Sin embargo, ¡Juanita le dijo que NO!

Tomó de un tirón un pedazo de masa, la arrojó al suelo e inmediatamente se puso roja, roja, como si fuera un globo a punto de explotar

—Juanita, por favor, recoge la masa —le dijo su papá con voz suave.

Ella se puso a llorar.

El papá no entendía nada, Juanita no entendía nada. No lograban conectarse.

Sin embargo, el papá, a pesar de la confusión, respiró muy hondo una vez, dos veces, tres veces, hasta que sintió que volvía a calmar su corazón y, más tranquilo, se sentó en el suelo y la abrazó.

Juanita lloraba sin parar, pero permitió que su papá la tomara en brazos mientras seguía llorando.

Él la contenía en silencio, abrazándola.

Después de un rato sintió cómo su calma había sido percibida por su hija, que comenzaba a tranquilizarse. Entonces le dijo:

—Juanita, está bien que te enojes, todos nos enojamos. Es un sentimiento como cualquier otro, pero lo que no está bien es que con tu enojo hagas daño a los demás. ¿Podemos juntos tratar de descubrir por qué te enojaste?

—Yo me enojé porque... quería jugar contigo y no me quería lavar las manos.

—Entiendo tu enojo, yo también me hubiera enojado. Pero la forma de resolverlo no fue la más acertada porque ahora parte de nuestro almuerzo está en el suelo. Lo que sí podemos hacer es comenzar a cocinar de nuevo con la masa que quedó.  

Juanita miró para el suelo y permaneció en silencio. Luego de un rato se levantó, tomó el trozo de masa y lo puso sobre la mesada.

—¿Ahora me lavo las manos y me das otro pedazo?

—Claro que sí —contestó su papá.

Sin embargo, al verla caminar hacia la pileta notó que no apoyaba bien unos de sus pies y le preguntó

—Juanita, ¿por qué no pisas con todo el pie?

—No sé, papá, me duele.

Su papá le sacó el zapato y pudo percibir que el gran enojo de Juanita era porque tenía una espinita clavada en el dedo gordo del pie. 

Encuadre de la actividad:

Habilidad socioemocional: Autorregulación.

Contenido: control de impulsos.

Objetivo: Promover actitudes de regulación emocional y manejo del conflicto a partir de la autorreflexión. 

Competencias a favorecer (Marco curricular):

Área del conocimiento de sí mismo.

Eje: Identidad

-Desarrollar gradualmente, en interacción con otros, estrategias auto reguladoras que le permitan desenvolverse en las diversas situaciones que se producen en la vida cotidiana. 

Eje: autonomía

-Expresar sentimientos, opiniones y sugerencias en situaciones de diversa índole, evidenciando una progresiva autonomía de pensamiento.

-Establecer relaciones entre sus acciones y las consecuencias sobre sí mismo, los otros, los objetos y el entorno comprendiendo su implicancia en las mismas. 

Desarrollo de la actividad:

1-  Los niños se sentarán en círculo para escuchar el cuento y ver la ilustración.

Después de la lectura se les preguntará a los niños cuál fue el motivo del enojo del personaje del cuento y cómo logró calmarse, “salirse” de ese estado de enojo. 

2-Preguntas claves de esta actividad:

  • ¿Qué cosas los enoja?
  • ¿quién los ayuda a salir del enojo?
  • ¿cómo logran calmarse?
  • ¿qué los hace enojar a mamá y papá, a sus hermanos?
  • ¿cómo logran calmarse y salir del enojo?

Se atiende a todas las participaciones de los niños y se organizan las ideas expuestas por los mismos. Si se quiere, se pueden escribir algunas de las causas y estrategias de resolución propuestas por los niños en la pizarra de la clase.

3- Aprenderemos una técnica para cuando estamos enojados y queremos salir del enojo, como lo hizo Juanita con ayuda de su papá.

La técnica consiste en gritar fuertemente el sonido del enojo: “grrrrr” y luego de a poco ir bajando el volumen hasta que el “grrrr” desaparece y lo guardamos debajo del zapato. Por último, simulamos estar inflando un globo y guardar dentro de él el “grrrrr” para que no vuelva a escapar. 

Se les otorgará a cada niño un globo para que puedan “guardar” en él su próximo “grrrr”.

4- Se les entregará una hoja, en la que aparecerá representado un gran globo donde colorearán los “grrrrr” que lograron guardar.

La representación del “grrrr” tiene que ver con las formas en que el niño puede representar su enojo a través del dibujo.

Recursos:

-Cuento “El enojo de Juanita” con ilustración. 

-Hojas lisas con el dibujo de un gran globo.

-Globos (uno por niño).