El valor del nombre
La lectura y escritura del nombre propio son prácticas habituales en el comienzo de los tramos escolares.
Constituyen uno de los primeros modelos de lectoescritura, y son importantes en la formación de la identidad.
El proceso es largo para que los estudiantes más pequeños reconozcan sus nombres, y requiere de una variedad de situaciones didácticas.
Estas situaciones no solamente incluirán reconocer el nombre propio; también descubrir las letras comunes y diferentes con los de sus compañeros a través de la comparación.
Las que siguen son cuatro propuestas puntuales que pueden favorecer la lectura y escritura del nombre propio.
Creación de forros para el cuaderno
Imprimiremos carteles con los nombres de los niños de la clase con las letras en blanco.
La idea es que puedan pintarlas y pegarlas en una hoja que será el forro del cuaderno de clase.
Se puede colorear con óleo-pasteles, crayolas, lápices de colores, dáctilopintura...
Las hojas en las que se pega el nombre pueden ser de garbanzo amarillo, o de diarios y revistas para así reutilizar materiales que usualmente se desechan.
El día en que se realizan la docente pega en la pizarra los distintos carteles. En una dinámica de intercambio colectivo y de colaboración, los estudiantes reconocen y toman el cartel con su nombre para poder colorearlo.
Así tendremos los cuadernos identificados con los nombres de un tamaño visible desde los asientos. Esto le permite a la maestra pedir a los niños que le alcancen tanto los propios como los de otros compañeros. De esta forma, situaciones cotidianas se transforman en situaciones de aprendizaje.
Un distintivo para la mochila
Esta propuesta es similar a la anterior, pero se plantea como parte de una actividad domiciliaria.
La maestra les entrega el nombre impreso con las letras sin relleno para que las llenen con trocitos de papeles de colores (trozados o cortados), de folletos o revistas.
Luego, en clase, la maestra los plastifica con cinta adhesiva ancha o papel contact y los perfora para colocar una lana o hilo que servirá para atar en el cierre de la mochila.
Juego: bolsita con las letras del nombre (rompecabezas para armar)
Esta propuesta es interesante porque ofrece la posibilidad de integrar a la familia y hacerla partícipe de la creación de tarjetas con las letras del nombre.
La idea es que en cuadrados de 4 x 4 cm escriban las letras del nombre. Estas se guardarán en una bolsita con una etiqueta con el nombre del niño y se utilizarán como especie de rompecabezas, para ordenar las letras de manera tal que se arme el nombre.
Se puede elegir entre una cantidad variada de materiales, según las posibilidades que se tengan: goma eva, lija, cartulina, etc.
Las bolsitas quedarán en clase y se habilitarán espacios para armar los rompecabezas.
Las primeras veces podrán usar de guía la etiqueta de las bolsitas. Luego jugaremos sin la bolsa y finalmente intercambiando las bolsitas para armar los nombre de otros compañeros.
La cartelera de la clase
Unos días antes de la actividad, pedimos a las familias que envíen una foto en la que se encuentre el niño, para construir una cartelera de presentación: Me llamo…
Si en nuestro grupo no se da una buena recepción al envío de las fotos, se pueden sacar a los niños las fotos con el celular e imprimirlas en papel común en blanco y negro.
Para hacer los carteles con los nombres, en esta oportunidad se puede pedir que cada niño escriba el suyo en un rectángulo de cartulina que le entreguemos.
A a aquellos que les genere más dificultad se los podemos dar preescrito por nosotros o impreso con línea punteada para que lo puedan repasar.
En una mesa ponemos los carteles con los nombres de los niños. Los invitamos a que seleccionen el suyo y lo ubiquen en la cartelera bajo su foto.