Los investigadores de adquisición de segundas lenguas también han explorados aspectos tales como las interferencias en el aprendizaje, los abordajes docentes, las respuestas de los estudiantes, la influencia de la correción y de la realimentación.
Llegaron a la conclusión de que aún en los ambientes de enseñanza comunicativa, donde el enfoque se concentra principalmente en el significado, tanto los profesores como los estudiantes dedican considerable tiempo a reducir el error a su mínima expresión como signo de avance en el dominio de un nuevo idioma.
¿Qúé son los errores?
Se considera error a toda transgresión involuntaria de una norma pre establecida.
En el caso del uso de una lengua determinada, el error hace referencia a la producción de una forma lingüística que se desvía de la forma correcta.
En todo idioma aparecen ciertas reglas que indican las combinaciones de las estructuras, asi como la ortografía de los vocablos y que permiten poder expresar en dicha lengua, mensajes orales y escritos con coherencia y cohesión. Se comete un error cuando este último objetivo no se logra cumplir.
Genéricamente consideramos que todos hemos cometido y cometemos errores en nuestros procesos de aprendizaje. Sabemos también que hemos llegado a aprender a costa de esos errores.
Luego, reflexionando y buscando por qué nos equivocamos cuando aprendemos lenguas extranjeras, concluimos en que muchas de nuestras hipótesis son fruto de cruces de caminos entre lenguas, con expresiones próximas o similares y generalizaciones que realizamos a la ligera sobre el funcionamiento de la lengua objeto de conocimiento.
Para el que aprende un nuevo idioma, el cometer errores se siente como una limitación en la comunicación de mensajes precisos y claros.
Esta limitación generalmente lleva a quien emite el mensaje a un corte en la conversación y a la simplificación de las expresiones orales y escritas por temor a no ser comprendido y ser corregido sistemáticamente por sus profesores.
Para quien enseña, buscar las causas del error de sus estudiantes, es un dilema. No entiende si ha enseñado bien, si la explicaciones que ha dado han sido clara o si aquellos han fracasado en su proceso de aprender.
Metodológicamente hablando y hoy aún con resabios conductistas, los docentes suelen enseñar las reglas del idioma, modelan su funcionamiento, animan a sus alumnos a utilizarlas y, cuando se presenta el error, dan una nueva explicación al mismo tiempo que corrigen y evalúan a sus estudiantes.
El origen del error
Si el objetivo último es comunicar en lengua extranjera, las investigaciones sobre el origen de los errores fueron necesarias para comprender y mejorar las producciones de los alumnos.
Existen dos corrientes casi contrapuestas que explican con claridad cada una de sus concepciones y la causa por la cual hoy hay docentes que aún utilizan la corrección sistemática como “su soldado de batalla”.
Análisis contrastivo
Esta corriente lingüística, que se remonta a los años 50, se apoya en la convicción de que todos los errores pueden ser pronosticados, identificando las diferencias entre la lengua meta y la lengua materna del aprendiz.
Sostiene el concepto que la causa de las dificultades y de los errores en el aprendizaje de una lengua extranjera es la interferencia de la lengua materna de quien aprende. Desde un punto de vista psicolinguistico esta corriente se fundamenta en el conductismo y en su teoría del aprendizaje por asociación de estímulo-respuesta, refuerzo y hábito.
Según estos principios la adquisición de la lengua meta se produce a través de la imitación y del refuerzo de las respuestas positivas, que repetidas generan hábitos. Esta corriente considera el error como algo casi intolerable, que genera hábitos incorrectos, vicios de dicción, etc., y propone un aprendizaje sin errores a través de la repetición de frases en ambas modalidades, oral y escrita, para lograr mecanizarlas en forma correcta.
Análisis de errores
La fundamentación psicolingüistica de esta nueva corriente se basa en la adquisición como un proceso creativo, como la puesta en marcha de un mecanismo interno de quien aprende, capaz de construir la gramática de una lengua.
Esta corriente de investigación cambia la visión tradicional del error. Sostiene respetar las producciones reales de los aprendices y a partir de ellas identificar los errores en un contexto. Propone buscar la explicación de las estrategias psicolingïsticas puestas en juego por el estudiante, y evaluar la gravedad del error pensando en su proceso de reparación.
El cambio más importante que ofrece esta corriente es la nueva concepción de los errores, que se valoran como paso obligado para llegar a apropiarse del nuevo idioma. Los enfoques comunicativos de la enseñanza de lenguas han recogido esta corriente, promoviendo en el aprendiz el ensayo de hipótesis en situaciones de interacción auténtica.
De la asunción de los errores como índices de los estadios por los que el alumno pasa en el camino de apropiación de la lengua meta, se pasa al concepto de interlengua como sistema propio de cada uno de esos estadios.
El conocimiento del concepto de interlengua nos lleva a trabajar una metodología basada en el análisis de los errores, ya que en ese sistema aproximado y transitorio donde el aumento de los errores no es visto como un retroceso sino como un progreso, las formas erróneas son partes lógicas de un proceso de aprendizaje.
Desde las perpectivas de la interlengua, las producciones de los alumnos funcionan de acuerdo con sus propias reglas y es desde allí, desde donde deben ser evaluadas y analizadas, no desde la norma de la lengua meta. Por lo tanto, en esta corriente de fuerte contenido didáctico el término "error" sigue vigente, aunque con una valoración positiva, como mecanismo activo y necesario para aprender.
Las dificultades en pronunciación, en entonación, en la construcción gramatical y en la expresión de estructuras características del nuevo idioma, no deben ser considerados “errores” por quien enseña, sino el resultado directo de la construcción de un sistema lingüistico intermedio que el alumno elabora para la comunicación.
Las nuevas investigaciones modifican el enfoque que castiga el error con una nota negativa, ven el error como un paso obligatorio y hasta como una estrategia en el proceso de aprendizaje, formando parte de una construcción que pasa por diferentes estadios de ensayo, hasta llegar a la lengua meta.
El error es parte esencial del proceso de interlengua. Es parte de ese dialecto transitorio, observado como proceso personal y único, elaborado por quien aprende. Es más, el análisis detallado de estas equivocaciones del estudiante nos habla con claridad del proceso de aprendizaje en nuestros alumnos y nos permite observar las estrategias individuales que utilizan en la construcción de la nueva lengua.
Este análisis es para quien enseña una herramienta muy valiosa para actuar didácticamente en ese proceso. En definitiva si el error en el pasado fue considerado algo negativo, se piensa hoy que es un estadio intermedio e indispensable para la efectividad del paso a paso en la enseñanza y en el aprendizaje de cualquier nuevo idioma.
Realizaremos una breve síntesis de la evolución de estas posiciones encontradas donde el error que descalifica se convierte en el error que construye.
TEORÍAS CONDUCTISTAS: ESTÍMULO + RESPUESTA + REFUERZO + APRENDIZAJE
El conocimiento lingüístico entendido como un conjunto de hábitos.
TEORÍAS COGNITIVAS: CONCEPTOS LINGÜÍSTICOS + PROCESOS MENTALES
El conocimiento lingüístico entendido desde la adquisición inconsciente y el aprendizaje consciente.
ANÁLISIS CONTRASTIVO: LENGUA MATERNA FUNDAMENTO PARA EL APRENDIZAJE DE LA LENGUA EXTRANJERA.
ANÁLISIS DEL ERROR: INTERLENGUA COMO PROCESO EN CONSTRUCCIÓN.
La corrección
El error, que es visto actualmente como factor inevitable en el proceso de aprendizaje del nuevo código lingüistico, ofrece a los alumnos la posibilidad de ensayar hipótesis y modificar sus propias producciones. Ese cambio en la valoración del error se produjo al menos en la teoría, porque aún está siendo más compleja su llegada al aula, alcanzando al profesor y al alumno.
En el camino de la enseñanza de lenguas extranjeras nos encontramos aún con dos diferentes tipos de docentes. Aquellos que aún consideran que al error hay que corregirlo inmediatamente porque sino se refuerzan malos hábitos y aquellos otros que afirman que han comprobado que sólo se aprende una lengua con la práctica, en base a ensayo y error, considerando no interrupir la construcción del alumno con correcciones innecesarias.
Si tanto profesores como estudiantes estuviéramos convencidos de que los errores son necesarios e ineludibles en cualquier proceso de aprendizaje, se evitarían inhibiciones por parte de quien aprende y se facilitaría por parte de quien enseña la superación de los mismos.
La corrección del error no tiene sólo importancia práctica, es un tema controversial en la literatura de la adquisición de otras lenguas, donde éste ha sido llamado en algún momento “evidencia negativa”.
Desde una perspectiva conductista la corrección del error como evidencia negativa es esencial para el aprendizaje, de esta manera no se forman malos hábitos en los estudiantes.
Por otro lado la teoría cognitivista le concede a la realimentación un rol muy importante, en la necesidad que tienen los estudiantes de unir el error como la evidencia negativa con la evidencia positiva de la norma correcta para reestructurar lo que producen. La realimentación correctiva y las respuestas de los estudiantes han dado pautas de acción para los investigadores.
Se concluye que el verdadero aprendizaje se verifica cuando el estudiante tiene participación activa en la corrección, cuando se encuentran ante la necesidad de reflexionar y responder a la realimentación del profesor. Esta negociación de la forma ocurre cuando el docente no proporciona la forma correcta, sino que da pistas para que el estudiante busque como reformular el uso incorrecto de la lengua.
Han sido muy diversos los enfoques de los que se ha partido a lo largo de la historia de la metodología de enseñanza de lenguas extranjeras a la hora de corregir errores. Se ha pasado desde la corrección exhaustiva y sistemática, a que los alumnos sean quienes los identifiquen o hasta abstenerse de cualquier intervención por parte del docente.
También se debate si es mejor corregir interrumpiendo en el caso de las producciones orales o inmediatamente después; la cantidad de correcciones que deben hacerse de acuerdo al nivel de aprendizaje y dar una mayor autonomía de comunicación, o si el docente debe corregir como último recurso cuando ni el propio alumno ni sus compañeros hayan sido capaces de hacerlo.
La corrección en la producción escrita
Los errores en las producciones escritas no tienen por qué coincidir con los de la producción oral, por eso es necesario tratarlos de diferente manera.
En el modelo más tradicional en la corrección del docente se observan sistemas detallados, identificadores del error que se está cometiendo, ya sea mediante un código pre establecido, como en el uso de signos, colores y referencias. De esta forma los profesores pretenden lograr que el sistema de corrección sea lo suficientemente claro. Así se obtendrá una fácil identificación de la equivocación por parte del estudiante y una posterior repetición para fijar la norma.
Por otra parte, buscando una corrección más significativa donde se logre que sean los alumnos quienes se autocorrijan o sus pares que corrijan el trabajo de un compañero, es fundamental proponer un modelo de control al cual puedan recurrir los estudiantes en caso de necesitarlo. Este modelo puede ser realizado en forma conjunta en la pizarra y documentado en el cuaderno del alumno, y son muy útiles también las carteleras y los libros de texto como referencias estructurales y ortográficas.
La corrección en la producción oral
En el caso de la producción oral se contraponen quienes aplican el método de la corrección inmediata y quienes la realizan a posteriori de la elocución del alumno. En el caso de la corrección inmediata, se valora que proporciona conciencia inmediata de los fallos, pero no incluye explicaciones, por lo que puede dificultar la asimilación de la norma y podría volver a repetirse el error.
La corrección a posteriori permite completar secuencias comunicativas para que el alumno sin miedo al error exprese el mensaje que quiere comunicar. Se propone como una alternativa válida que durante la exposición del alumno se lleven a cabo anotaciones de los errores por parte del docente, seguidas de una revisión por parte de los estudiantes, que lleven a cabo los mismos alumnos ayudados por textos, diccionarios y aclaraciones del profesor.
La realimentación
La realimentación correctiva de los profesores a los errores de los estudiantes, que puede ser proporcionada de formas diversas, juega un papel muy importante a la hora de evaluar el vacío que hay entre la lengua de los estudiantes y la lengua objeto de conocimiento.
Los errores pueden ser significativos, arrojando información sobre el proceso de adquisición del nuevo idioma. Brindan al profesor información sobre cuánto han aprendido los alumnos, evidencian cómo han aprendido y sirven como mecanismo para que el estudiante reflexione, descubriendo las reglas particulares de la lengua meta.
Se ha observado también que los estudiantes de lenguas extranjeras tienden a ser muy dependientes del modelo que el profesor les aporta, encontrando en su figura la única referencia válida para darles información sobre sus avances y desempeño. Aún con un encare más comunicativo, los estudiantes ven al profesor como un experto conocedor, cuyo rol es explicar y proveer la realimentación correspondiente.
La primera recomendación que brindamos es, entonces, evaluar la etapa de desarrollo en que se encuentran los alumnos antes de iniciar un curso y enseñar lo que es apropiado para cada etapa. Este punto de vista contempla que los estudiantes estén en el nivel adecuado a su desarrollo para procesar la realimentación que se les brinde y adquirir nuevos conocimientos.
Se sugiere desarrollar una práctica de clase con un enfoque más tolerante hacia los errores, sin preocuparse tanto por prevenir, sin corregir enseguida al estudiante, dando tiempo para la reflexión, animando a la autocorrección o permitiendo la corrección en colectivo con sus pares de referencia.
El estudiante a su vez necesita ser consciente de su error y asumir que cometer errores es parte del proceso de aprender y que reflexionar sobre los mismos lo ayudará a avanzar en el dominio del nuevo idioma.
Tipos de realimentación correctiva
La modificación
El profesor reformula toda o parte de la producción para que el estudiante visualice el error.
S: He don´t understand
T: He doesn´t … understand
La solicitud de aclaración
El profesor indica que la producción no se entendió, solicitando la repetición o reformulación
S: Mary are working today.
T: Sorry? S: Mary is …working today
La realimentación metalingüística
Se refiere a las preguntas, información o comentarios proporcionados por el profesor a la formulación de la elocución del estudiante indicando que hay un error en alguna parte.
S: Paul is more singer than ….
T: Is that possible? Is more the comparative of good?
S: Oh no, it´s better. Paul is better singer than Ben.
La inducción
Es un claro caso de realimentación correctiva que anima a los estudiantes a la autocorrección.
S: Susy should walk louder.
T: Do you mean Susy walks slowly?
S: Ah yes,… she should walk faster.
La corrección explícita
El profesor indica claramente que hay un error y proporciona la forma correcta.
S: She don´t write.
T: She doesn´t write. Remember… 3rd person, Present Simple.
La repetición
Se refiere a la repetición por parte del profesor de la parte errónea de la producción.
S: John buyed a book
T: BUYED??? Past Tense of buy?
S: John bought….
CONCLUSIONES
Podemos ver desde diferentes perspectivas y enfoques las distintas concepciones acerca del error, y poner relación aspectos teóricos y prácticos para repensar su aplicación en el aula. Es útil destacar la importancia del análisis del error, del estudio de sus causas y de sus características, a la hora de enseñar una lengua extranjera y tratar de demostrar que los errores son una herramienta más para construir un idioma.
El error realmente muestra el avance de los alumnos, evidencia como van desarrollando hipótesis del funcionamiento de la lengua objeto de conocimiento. Aun cuando estas hipótesis sean fallidas, en base a los conocimientos que van asimilando los estudiantes, se produce un mecanismo de ida y vuelta sobre el lenguaje que favorece su adquisición.
El concepto de error debe ser tomado en cuenta como paso ineludible en el proceso, a la vez que debe ser considerado como una estrategia en si mismo, formando parte del proceso de aprendizaje de la lengua meta, estando estrechamente ligado al concepto de interlengua, dialecto transitorio que está en construcción permanente.
La idea es tomar otra postura frente a las equivocaciones de los alumnos en sus procesos de construcción del funcionamiento de una lengua extranjera.
Adoptar una nueva actitud, enseñando al alumno a relativizar el error, evitar incomodarse y entender que muchas de sus producciones erróneas son resultado de sus avances en el proceso. Invitamos entonces a los docentes a reflexionar sobre sus prácticas, a interiorizarse sobre las equivocaciones de sus alumnos y a trabajar junto a ellos para que aquellas se transformen en estrategias válidas para aprender.
Alentemos también a los estudiantes a que comprendan que cometer equivocaciones en sus producciones orales y escritas, da signos de proceso en construcción del aprendizaje del nuevo idioma y que al mismo tiempo, es indicio de avances en la autonomía del lenguaje.