Los distintos portadores para una educación inclusiva
Hay niños que tienen dificultades específicas en la adaptación a la escolarización.
Otras dificultades pueden aparecer a raíz de una propuesta pedagógica que deshabilita espacios y recursos que el nivel inicial dejaba a disposición.
El pasaje del cuaderno de hojas sin renglones y grande, al cuaderno rayado de utilización exclusiva desde el inicio de las clases, es un ejemplo.
Lejos de cuestionar el uso del cuaderno, se trata de pensar que no sea el único portador de texto considerado como válido.
Basta con habilitar diferentes portadores para ir avanzando hacia la inclusión.
La utilización del cuaderno único puede ser una barrera para todos los niños.
Es posible que individualmente un sujeto no sea capaz de escribir en determinado contexto.
Pero pueda hacerlo a través del andamiaje de la maestra o un compañero.
La copia al compañero, como a veces la llamamos, podría verse como un punto de partida para finalmente realizar una producción personal.
La escritura en distintos portadores para un aula inclusiva
Vamos a habilitar varios portadores en el aula para escritura de los niños y escritura de ejemplo.
Hojas blancas sin renglones
- Para aquellos niños y niñas que encuentran un obstáculo en el proceso de escritura en el espacio del renglón.
- El propósito es desglosar las habilidades motrices y del manejo del espacio en diferentes momentos. Que el espacio del portador de texto no interfiera en un incipiente proceso de escritura.
Hojas grandes con renglones
- Servirán de intermediario entre la libertad de la hoja en blanco y el pequeño cuaderno de clase.
- Pueden ser una gran herramienta para ir interiorizando "las reglas de la escritura en el renglón" antes de pasar a un espacio más reducido.
Papelógrafos
Forma de trabajo colaborativo entre varios niños y niñas de la clase.
Para que la zona de desarrollo próximo pueda desplegarse en una acción social que aportará un avance en la producción de quienes lo necesiten.
Lo convertimos en un material disponible en todo momento. Incluso puede ser reemplazado también por un pequeño pizarrón o pizarra que sea accesible y habilitado para la escritura de los alumnos.
Imantógrafos con letras y números móviles
Una chapa amurada a la pared en donde puedan observarse todo el tiempo y se tenga a disposición la gran variedad de opciones a la hora de combinar letras para formar palabras.
Estas podrán construirse con goma eva o cartón y adjuntarle un pedacito de imán. Deberá tenerse en cuenta el hecho de repetir las letras para que puedan construir varias palabras.
Abecedarios fijos y móviles a disposición
- El acceso a abecedarios personales es una gran herramienta a tener en cuenta en todo el ciclo.
- Podrán irse complejizando con la visualización de los diferentes tipos de letra y no que llegue un momento en que descartamos que ciertos conocimientos ya deberían de haber sido asimilados.
Computadoras
Su utilización como un medio más de la presentación de producciones.
Igual de válido como un cuaderno de clase, cuando nuestro objetivo está puesto en el desarrollo de la escritura textual.
Una producción podría ser mucho más rica si quitamos en algunos casos la dificultad del dominio del lápiz, el espacio cuaderno y el cansancio natural de la mano al momento de escribir.
Mucho más cuando hay dificultades motrices y la exigencia del dominio del lápiz es un desafío mayor que el desarrollo de un texto escrito si fuera mediante otro medio.
Fichas móviles
Que contengan frases o ideas acompañadas de representaciones gráficas y dibujos.
Habilitar la "copia al compañero", la ayuda, el trabajo colectivo en la tarea individual sin marcar el déficit de un niño o niña en particular.
La copia puede convertirse en el medio por el cual un niño se presta para posibilitar la producción de otro. Es muy importante revisar nuestras actitudes y juicios en esas instancias, de las que podríamos sacar otro potencial.
Material adecuado y accesible
- Fotocopias legibles, grandes y llamativas que muchas veces están limitadas por nuestros propios recursos económicos.
El dibujo
- Sostener la utilización del dibujo a lo largo de todo el ciclo escolar.
- Porque mucho de lo que un niño o niña no podrá decir a través de un código escrito lo podrá decir a través de un dibujo o del andamiaje de otro sujeto que escriba lo que él dicta.
Lecturas inclusivas
En los niveles iniciales, el pasaje entre la transmisión oral a la escrita puede devenir de la falta de habilidad lectora.
Esta situación supera cualquier dificultad que puedan presentar niños y/o niñas porque puede repetirse en grupos enteros.
Quizás debamos pensar en que la entrega de textos escritos, incluso hasta llegar a textos muy complejos en el segundo ciclo, deba de ir acompañada de otros recursos.
Adecuación de la sintaxis de los textos escritos
Para que sean comprensibles por todos.
La riqueza de vocabulario y la diversificación del mismo no se adquiere solamente por la presentación de textos que la contengan. Hay un trabajo minucioso sobre las palabras que nos generan una barrera para la comprensión.
En este caso, no estamos hablando de la dificultad de la lectura, sino que estamos colocando barreras concernientes a la falta de un significado para su significante.
Graficar la estructura del texto
- Anticiparla con aquellos que ya de antemano sabemos que lo necesitarán.
Lecturas anticipadas colectivas
- Sentados en ronda leemos juntos. Practicamos la lectura y el respeto por la escucha hacia el otro compañero.
El tamaño del texto que presentamos
- La calidad del recurso dado es muy importante.
Adaptar el texto para que sea accesible
- Un texto muy complejo lo modificaremos sintácticamente para que sea comprendido por todos. Adaptándolo de lo más general a lo particular. Por lo general haciéndolo más largo, pero accesible para todos.
- Colocarles títulos, subtítulos, cambiar el tipo de letra, cambiar las palabras que presentan barreras de significados por otras más sencillas.
Armar diccionarios de clase
- Cada alumno anota el significado de ciertas palabras de forma de acceder a él a través de textos o dibujos.
La educación inclusiva como proyecto institucional
Vivimos en un mundo distinto a la modernidad en la que surgió la escuela como institución.
La inclusión educativa requiere un paradigma educativo que muchas veces no tenemos interiorizado las maestras y maestros.
"Más allá de la norma, la legislación, el marco nacional e internacional de educación, no cambiarán las cosas hasta que nosotros no nos habilitemos internamente a trabajar de otra manera", (M. J. Borsani).
No podremos cambiar si estamos esperando los manuales prácticos para trabajar con "las dificultades". Como si tuvieran que ser caminos paralelos a seguir.
Necesitamos mirar nuestras aulas a través de otros lentes.
Borsani plantea que más allá de mirar "al alumno" con problemas de aprendizaje, hay que focalizarse en el problema de enseñanza que tenemos en este caso.
No es el niño el que tiene un déficit. Es la institución que tiene un problema para enseñar.
Somos los adultos y el sistema educativo los responsables de cambiar para superarlo.
Debemos salir del paradigma homogeneizador del cual formamos parte a través de muchas de nuestras prácticas y discursos.
Partimos de discursos y de intenciones de que las escuelas sean inclusivas. Pero no siempre encontramos los caminos adecuados hacia ellas.
La escuela sigue siendo aquella institución lineal, escalonada, graduada, homogeneizadora. Con cursos anuales y simultáneos. Enseñando para todos lo mismo, esperando que se "aprenda lo que se enseñó".
Las concepciones actuales de educación, plasmadas en programas de contenidos, leyes y normativas, habilitan otros marcos teóricos e introducen esfuerzos colectivos y discursos en pos de la inclusión.
A pesar de eso, es común ver en las prácticas institucionales concepciones de una escuela que creemos que fue superada.
Los institutos normales de los que egresamos planteaban como objetivo la "normalización" bajo un estándar al que había que llegar.
En este intento quedan por fuera tanto los que están por "encima" como los que están por "debajo".
El fracaso escolar, la deserción, son términos culpabilizadores hacia las infancias. Pero cuando estos procesos ocurren el que fracasa o deserta es el sistema educativo.
Poner la mirada en el déficit del sujeto (un sujeto de cuidado y asistencia) no es pensar en un desarrollo cultural o intelectual, sino en los intentos de normalizar el sujeto deficitario. Lejos de ver el potenical, este enfoque excluye a niñas y niños.
El paradigma inclusivo del que queremos ser parte habla del derecho a la educación sin distinción.
"La diversidad como una condición de lo humano", plantea Borsani es lo que requiere el paradigma inclusivo.
Entendiendo la diversidad como un valor educativo diferente a déficit. Pero para eso hay que salir del objetivo institucional que se cumple en la normalidad homogeneizadora.
El derecho y la diversidad no son compatibles con la normalidad.
Cuando hablamos de actividades inclusivas para todos nuestros alumnos y alumnas no debemos pensar en que a esos niños o niñas haya que darles una tarea "más fácil" que al resto del grupo.
No sería apropiado sacar de una carpeta un “trabajito” que pudiera hacer ese sujeto aislado. Sería un ejercicio parecido a lo que hacen diariamente los maestros unidocentes multigrado.
Soreprende la capacidad de trabajo de los maestros rurales. Presentan una consigna soluble a través de varias estrategias y de acuerdo a las diferencias de grado de sus alumnos.
Cuando hablamos de clases distintas compartiendo un mismo salón pareciera más obvio que la tarea tuviera que tener diferentes niveles de resolución.
No nos sucede lo mismo cuando estamos dentro de un salón con un "único" grado. Eso demuestra que estamos parados de alguna forma en un pensamiento homogeneizador.
Lo mismo para todos y todas, esperando las mismas respuestas, evaluando lo mismo.
Aunque parezca repetitivo, es muy difícil salir de ese registro sin caer en evaluaciones de incompletud de la tarea o juicios de valor relativos a "no logrado", "incompleto", "no copiaste la tarea", etc.
El paradigma homogeneizador era funcional a un contexto histórico que lo requería en los inicios de la modernidad.
Para salir de él debemos obligatoriamente posicionarnos en las posibilidades de la diversidad. No una diversidad vista como un problema, sino la diversidad vista como aquello que le es propio a los sujetos.
Podemos habilitar diferentes recursos.
La invitación es a pensar diferentes "respuestas correctas". Distintas exigencias de acuerdo a las posibilidades dentro del hilo curricular y conceptual que nos proponemos trabajar.
No presentar una tarea diferenciada, sino una herramienta para lograr respuestas acordes a cada quien.
Lo sorprendente es que con esto no solo atenderemos a aquellos niños catalogados dentro de un grupo diferencial de "necesidades especiales", sino que influiremos en el desarrollo de todo el grupo.
Porque la idea es tomar aquello que el "otro" trae como un valor de intercambio.
Cuando hablemos de diversidad es conveniente no colocar la mirada en ciertas discapacidades. Pensar la diversidad en otros términos como la diversidad familiar, cultural, religiosa y la diversidad por discapacidad entre otras.
Esta autora habla de ajustes razonables, adecuaciones curriculares, variaciones para que todos los alumnos puedan acceder al currículum de la escuela.
- Las adecuaciones pueden dividirse en adecuaciones de acceso y adecuaciones específicas.
- Las adecuaciones de acceso son la adecuación material, de recursos, de propuestas.
- Las adecuaciones específicas se refieren a adecuaciones de contenidos.
Buscaremos que la institución y su proyecto educativo habiliten un contexto de aprendizaje inclusivo.
Será un intento de llevar a cabo propuestas curriculares tan abiertas que le permitirán a todos estar como sujetos en el aula.
"Llevar algo para todos pero que sea cada uno". Tratando de ampliar los recursos para que sea posible.
Saldremos así de las dificultades de aprendizaje, y pensaremos en dificultades de enseñanza.
De esa forma, pensaremos más en la diversificación y nos iremos alejando de aquello de las adecuaciones.
Porque es la propuesta diversificada la que se encargará de ir caminando hacia una educación inclusiva.